Si es bien tico pero para nada chiquitico. Se cree que su origen se remonta a la época de la colonización española, cuando se introdujeron ingredientes como el arroz y se combinaron con los frijoles, un alimento básico de las culturas indígenas americanas. Sin embargo, es la influencia afrodescendiente la que le da al gallo pinto su carácter distintivo. Los esclavos africanos traídos a América trajeron consigo sus propias tradiciones culinarias, entre ellas la combinación de arroz y frijoles. Esta práctica se arraigó en las plantaciones y fincas.
El nombre de Gallo Pinto tiene varias historias una de las más populares sugiere que se debe a la combinación de colores del plato, que recuerda al plumaje de un gallo pinto, con sus manchas blancas y negras.
El clásico gallo pinto, preparado con los mejores ingredientes, acompañado de dos huevos a tu gusto, natilla cremosa y una selección de panes artesanales: brioche, ciabatta o masa madre. Complementa tu desayuno con tomate fresco, aguacate maduro, queso tierno, plátanos maduros en almíbar y un toque crujiente con tocineta o salchicha.